Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2020

ELÍAS EL QUE TIEMBLA

La cama se movía como si dos jóvenes retozaran en ella sin pudor; como si muchos perritos subieran y bajaran de ella, juguetones; como si un terremoto meneara el edificio como una niña asustada menea a su madre dormida; o como si un niño no pudiera dejar de temblar. Nuestros ojos lectores no son capaces todavía de discernir el motivo, ya que una manta cubre la muy posible camada de perritos agitados y peludos. Lo que sí podemos ver es el evidente y constante movimiento que en la cama se está dando. Dos pies se destapan y quedan colgando al borde de la cama; qué pena, descartamos la idea de los perritos. ¿Les gustaba? ¿A quién no? Pero nuestra historia no trata de perritos, se lo digo yo, que soy su narrador. Espero, como narrador, que no trate tampoco de un terremoto, pues el inconsciente se ha quedado quieto, con los pies colgando. ¡Corre, condenado, pues podrías morir aplastado! Los pies, sin embargo, siguen colgando. Tal vez me haya apresurado; no parece que ningún terremoto est

□ EL HIJO DE GLUM

Érase una vez un reino en un tablero de ajedrez que, cobrando vida en él sus piezas desde muy antiguas edades, adquirió las características que hacen posible eso que llamamos existencia, y eso otro que calificamos como estar vivo, y llegó así el Reino del Ajedrez hasta muy lejanas eras en el tiempo, y siendo muy próspero no murió, y nunca ningún poeta del reino escribió en sus versos que el tiempo era viejo. El porvenir hizo caer por esos lares a dos descabellados hombres de pelo en pecho; bueno, el porvenir o un ser que camina por entre los mundos, todo sea dicho. Pero estos hombres no vivieron mucho; se ahogaron al no encontrar oxígeno en el aire. Glum, al ver este milagro que nunca antes hubo presenciado, investigó el asunto y el porqué de aquella inadaptación al ambiente, mas pensó que sin duda había sido lo mejor para esos dos darse por muertos de una vez, que ya trató él por mucho tiempo, trastabillando, de colocar al malhablado Roberto y al anhelante Julio en algún retazo de

CUARTETO A MIS AMBICIONES

Mientras no me quite de una cosa no me quitaré de la otra, que si soy capaz de cavar mi fosa seré capaz de obrar mi obra. OJLC  Original de Óscar Julián López Carpio Escrito y firmado por Óscar Julián López Carpio © Reservados todos los derechos